viernes, 13 de agosto de 2010

El e- learning nos permite aprender en comunidad

“Lo que Internet nos muestra es que uno es capaz de hacer mucho más de lo que quizá pensó que podía hacer. La gente aprende a programar, a escribir, a organizarse, a tener actitudes políticas”, afirma este especialista canadiense en educación online, en relación a los beneficios que el e-learning brinda a la educación. Y agrega: “una vez que se entiende que se tiene la capacidad de aprender, de construir con esas herramientas, no se vuelve a depender de otras formas de aprendizaje”. Stephen Downes es oficial senior de Investigación en el Consejo Nacional de Investigación de Canadá en Moncton, New Brunswick. Afiliado al Grupo de Aprendizaje y Tecnologías de Colaboración del Instituto de Tecnología de la Información, se ha especializado en los campos de aprendizaje en línea, nuevos medios de comunicación, la pedagogía y la filosofía. Ha publicado numerosos artículos tanto en línea como impresos, incluidos el Futuro del Aprendizaje en Línea (1998), Objetos de Aprendizaje (2000), Perfiles de los Recursos (2003), y E-Learning 2.0 (2005).

Usted dice que el aprendizaje, hoy en día, es como la corriente del agua, que fluye a través de una red a la que podemos entrar cuando queremos. ¿Cuál sería el rol del docente en ese modelo?Stephen Downes: El papel que tienen los docentes es seguir actuando como modelo y demostrar. Su función es ofrecer un modelo de rol, en una instancia paradigmática en que ellos pretenden enseñar. En cierto sentido, cambia el dominio de las disciplinas. De esta manera, aquellos que ejercen en un campo y que lo practican -los abogados, los médicos, los productores avícolas, lo que fuere- se transforman ellos mismos en docentes. Los docentes son aquellos que ejercen el trabajo dentro de esa red.

De los cuatro criterios principales que usted menciona para que el aprendizaje en red tenga éxito (apertura, autonomía, diversidad y conexionismo), ¿se puede lograr que los cuatro estén presentes en la escuela? La respuesta breve sería sí, la más extensa sería no. Yo trato de que estos principios sean mecanismos para la selección de tecnologías y pedagogías. Hay principios adyacentes que describen cómo crear esas redes y cosas que se basan en la solidez y en la salud de la red que se crea utilizándolas. Lo que yo le digo a la gente, es que cuando están eligiendo una nueva tecnología para utilizarla en la escuela, hay determinados valores en los que habría que concentrarse. Por ejemplo, se tendrían que preguntar si esa tecnología promueve la diversidad de la participación y esto incluye no sólo diferentes puntos de vista o de idiomas, sino también las formas de hacer aportes al sistema. Tecnología comprendida como un término general, algo que crea un producto más confiable y robusto. Pero en las escuelas y en las instituciones educativas llega a un punto que termina actuando como una barrera porque la organización misma está estructurada para lo contrario, para no ser diversa, para no ser abierta. Entonces, hay un punto en el que uno tiene que sacar el aprendizaje del seno de la institución. En cuanto al principio de cuál es la mejor red, se podrá responder en la medida que logremos que sean más confiables, más robustas y más sólidas.