Todas las personas pueden contribuir a la educación para la salud, ya sea desde el hogar y la familia, la escuela, la cooperadora, el club, el barrio, el centro de salud o el hospital, la iglesia. Educar para la salud es una tarea constante, responsable e imprescindible para satisfacer las necesidades humanas diarias. El proceso educativo apunta a dotar a cada sujeto y a la sociedad de instrumentos para entender, transformar y utilizar los conocimientos y recursos disponibles al servicio de la satisfacción de las necesidades de desarrollo de las potencialidades y de la solución de problemas conflictivos.
lunes, 14 de septiembre de 2009
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